y desde hace unos años regento la panadería de Pe a Pa, en Zarautz, donde además de ofrecer diferentes tipos de pan: trigo, centeno, ecológicos, de semillas o de masa madre, puedes disfrutar de ricos desayunos, de un buen café; ojear e intercambiar libros o, simplemente, pasar un rato agradable en uno de los lugares más bonitos del casco antiguo del pueblo, frente a un frontón dende las paredes pertenecen a una casa.
Comencé a trabajar a los 15 años en el negocio familiar de mis abuelos: una tienda de bicis y motos que se convirtió en juguetería. Años después, y tras tienda de bicis y motos que se convirtió en juguetería. Años después, y tras la llegada de mis hijas, estuve tras el mostrador de una pescadería, hasta que tuve la oportunidad de hacerme cargo de este pequeño establecimiento cerca de mi casa. Y de ahí viene el nombre: De pescatera a panadera, de Pe a Pa, aunque hay gente que piensa que es por nuestra afición a la lectura: la mía y la de nuestra clientela.
El camino no ha sido fácil; hemos sobrevivido a una pandemia gracias a la gente del pueblo, que ha convertido de Pe a Pa en un lugar de intercambio de libros, de tertulias donde se habla de cine, de música, de cultura… de lo que pasa en el pueblo y en la vida. Y esto es lo que definitivamente hace que merezca la pena.